El doctor Paolo Macchiarini se dio a conocer por sus trasplantes de tráquea sintética en Suecia. Lo llamaron “El hombre milagro” en el mundo médico en 2011, antes de descubrir el fraude de sus experimentos e investigaciones. Quería la fama y la mala praxis lo hizo famoso. La segunda temporada de la serie Dr. Death se basa en la historia de este profesional de la salud. El actor venezolano Edgar Ramírez es el encargado de dar vida al cirujano que engañó a la comunidad científica internacional.
En su primera temporada, Dr. Death giró en torno a Christopher Duntsch (interpretado por Joshua Jackson), un neurocirujano responsable de procedimientos en los cuales múltiples pacientes terminaron mutilados o muertos. Este miércoles, la segunda temporada de la serie llegó a América Latina por la señal de Universal +. A través de una videollamada, el talentoso Edgar Ramírez conversó con El Universal acerca de este nuevo proyecto actoral.
-¿Qué opina de Paolo Macchiarini?
-Es un personaje muy complejo y fue un gran reto porque no tiene introspección. Lo que trato de decir con introspección es que casi siempre cuando un personaje camina en la oscuridad como éste, hay un momento en el que él reconoce lo que hizo. Esa es la introspección. Hay un momento en el que el personaje se detiene y explica las razones por las cuales hizo aquello por lo que lo acusan. Pero este personaje jamás tuvo introspección y eso para mí fue muy interesante. Fue un reto.
–Dr. Death se basa en hechos reales, ¿qué investigó al respecto?
-Este es un programa basado en hechos reales, pero es una recreación. No intentamos hacer un documental. El personaje que creó Ashley (Ashley Michel Hoban, autora de la serie) tiene suficientes elementos para construir al que creamos para el show. Había documentación disponible y me encanta la investigación, pero en esta oportunidad sentí que ya tenía mucha información de él en el guion y no quise copiar ni inspirarme en el Paolo Macchiarini real.
-¿No vio el documental de Netflix?
-El documental que hizo Netflix sobre Paolo Macchiarini salió un poco antes de nosotros estrenar. Ese documental no estaba en la plataforma. Pero obviamente había documentos que se habían filmado y a los que tuvimos acceso de cuando se fue cayendo el castillo de naipes que este hombre había construido, cómo había escondido las malas praxis que había cometido. Cuando comencé a mirar esos documentales, tuve que parar de mirarlos porque no me gustaba el tipo y para mí como actor es muy importante que yo no juzgue a mi personaje.
«Para mí como actor es muy importante que yo no juzgue a mi personaje», afirma Edgar Ramírez (CORTESÍA)
-Pero en esta oportunidad sí juzgó a su personaje…
-Hay una conducta narcisista muy obvia en este personaje. Él nunca admite lo que ha hecho o lo que estuvo mal. Nunca lo hizo. Él básicamente creó una fantasía en ambos lados, en su vida personal y en su vida profesional, sin pensar en las consecuencias o en el daño que estaría causando. Era un narcisista.
-¿Se puede decir que Dr. Death muestra el lado oscuro de la medicina?
-En un nivel personal, mi relación con los doctores ha sido muy importante por condiciones médicas de mi familia, especialmente de mi mamá. La confianza que tengas con tus doctores es muy importante para mí. Por cada Dr. Death, hay miles de doctores grandiosos que hacen lo mejor por nosotros. Pero la serie también te invita a tomar control de tu salud y buscar una segunda o tercera opinión. Para mí como actor, fue muy difícil interpretar a este personaje en el sentido que este tipo sabía lo que estaba haciendo.
-¿Por qué Paolo Macchiarini es un villano tan particular?
-Interpreté a villanos en el pasado. Especialmente Carlos El Chacal, el terrorista. Ese fue el personaje más oscuro que he interpretado hasta que hice éste. Este es el personaje más oscuro que he hecho. La mayor diferencia es que cuando un terrorista hace sus cosas, hay una distancia. Lanza una bomba en un sitio y mata a una cantidad de gente, pero él no sabe sus nombres, no sabe quiénes son, nunca los ha visto. Pero este tipo sabía los nombres de sus pacientes, conocía a sus familiares. Fue el receptor de su confianza, y de todas maneras eligió jugar con eso sin importar las consecuencias. Eso para mí fue muy difícil. Él sabía que les estaba mintiendo y fue capaz de seguir adelante con sus experimentos.
-¿Qué le atrae de interpretar personajes que han existido en la vida real?
-Interpretar personajes de la vida real ha sido muy importante en mi carrera, pero no es algo que yo haya buscado. Creo que quizás tenga que ver con mi background de periodista porque lo que hice antes de ser actor, yo hice periodismo político y entrevistaba gente. Creo que quizás haya una conexión. He conversado con el chef español Ferran Adrià, acerca de la posibilidad de hacer una película o un show sobre su vida. Y en una oportunidad, me dijo: “No creo que sea casual que te terminen persiguiendo personajes basados en la vida real”. Eso me pareció curioso. Quizás hay algo ahí.
-¿La imitación es importante para interpretar personajes reales?
-En el caso de este personaje, primero no es muy conocido. Entonces no tenía que respetar manierismos. Con Gianni Versace, o con Roberto Durán Mano e Piedra, el boxeador panameño, que son personajes más conocidos y había cierta percepción pública, había ciertos puntos a respetar. Igual no se trata de imitación. La imitación no es lo que hacemos los actores. La imitación es plana, es bidimensional. Uno trata de hacer un personaje tridimensional pero que responda un poco al conocimiento que tiene la gente de ellos. Esto en el caso de los que son más conocidos. Aquí no. En lo que yo sí puse mucho foco fue en tratar de entender los dilemas éticos de los cirujanos, especialmente de los cirujanos que emprenden investigaciones o experimentos que van a revolucionar la medicina.
@soniberth